“Pasarela E-learning 2011; una moda con mucho sentido” (Parte II)

En la situación actual nos enfrentamos al desafío de traducir el impacto de la formación en términos de resultado de negocio, siendo capaces de mostrar el retorno de la inversión. Este proyecto exige al departamento de formación evolucionar desde un rol de seleccionador de cursos, para desarrollar habilidades a corto plazo, a centrar sus recursos en la visión estratégica del desarrollo profesional y la gestión del talento.

El uso de la tecnología en el ámbito formativo no se restringe a la impartición, sino que desde el primer momento del análisis podemos sacar partido de ella para detectar problemas y generar oportunidades, facilitando cuestionarios al personal que atiende al cliente, creando foros de discusión de mandos intermedios, convocando reuniones virtuales para diseñar un programa formativo, etc.

Podemos identificar algunos puntos clave al abordar la integración de tecnologías 2.0:

1.  Alinear el proyecto con los objetivos corporativos y establecer una guía para su implantación.

2.  Analizar las barreras y potenciadores en la empresa para la gestión del e-learning.

3.  Empezar con pruebas piloto marcando bien las etapas de cada proyecto.

4.  Atender al usuario final al seleccionar las herramientas más eficaces y facilitarle soporte técnico.

5.  Involucrar al personal en la creación de contenidos y la tutorización, desarrollando casos prácticos relacionados con la problemática laboral del alumno (a tener en cuenta si compramos contenidos estándar).

6.  Ser creativo, combinando distintos formatos complementarios (imagen, vídeo…) siempre que estén justificados. Lo ideal sería encontrar el equilibrio, ya que el e-learning es un canal y si el mensaje es erróneo no valdrá de nada disponer de un curso virtual carísimo.

7.  Formar a los colaboradores involucrados en el proyecto, ya que diseñar y tutorizar cursos e-learning requiere habilidades diferentes a las de impartir formación presencial.

8.  Monitorizar permanentemente la formación, tanto en el impacto y resultados conseguidos como en la participación y satisfacción de los alumnos, equipos y managers.

9.  A nivel metodológico promover el aprendizaje cooperativo, aunque no siempre es viable, suele ser muy positivo. Además para minimizar abandonos es clave la figura del tutor, realizando una tutoría activa y un seguimiento individualizado del alumno, motivándole e interesándose por su progreso.

En síntesis, cada vez es mayor la exigencia por alinear la formación a los objetivos estratégicos y demostrar su aporte real a los resultados de negocio.

Así pues, asistimos a una nueva revolución del e-learning. El presente incluye contenidos sociales y multiplataformas, donde el campus virtual es un espacio más entre todos los recursos tecnológicos disponibles como smartphone, tabletas o netbook. El futuro traerá otras herramientas como el aprendizaje en la red (cloud-learning), pero el objetivo siempre será el mismo, hacer crecer a nuestros empleados. Nuestro deber es ir un paso por delante hacia la formación estratégica, aportando valor a la organización mediante un enfoque pedagógico a la vez que empresarial.